ABUSO E IMPUNIDAD EN LA UANL

 

En los días recientes ha salido a la luz pública el caso de Juan Manuel Rodríguez González, exalumno de la Facultad de Derecho y Criminología (FACDYC) de la UANL que denunció desde febrero de 2020 un acto de abuso sexual cometido por los responsables e integrantes del conjunto musical conocido como “La Tuna” de la misma FACDYC y de la Facultad de Ingeniería Mecánica (FIME).[1],[2] El abuso se cometió en el contexto de una novatada a los nuevos integrantes recién incorporados al dicho grupo musical, que tradicionalmente ha sido financiado por escuelas y facultades de la UANL. Como es sabido, l@s sobrevivientes de abuso sexual prefieren no denunciar ni salir a la luz pública por la revictimización que tradicionalmente se cierne contra ell@s. Pero en este caso, Juan Manuel ha decidido dar a conocer públicamente su terrible experiencia, tanto en redes sociales como en demostraciones públicas en la misma FACDYC, cansado de no recibir respuesta de las autoridades universitarias a su demanda de justicia interpuesta ante instancias oficiales, tanto dentro de la facultad y la universidad, como fuera de ella, en la Fiscalía General de Justicia estatal (FGJ).

Las acciones desplegadas por el mismo Juan Manuel y un grupo de compañer@s solidari@s, han develado la actitud de las autoridades universitarias de la UANL que apuestan a administrar los conflictos y las denuncias de abusos, sin tomar acciones consistentes para ofrecer justicia. La denuncia cobra un cariz específico si se toma en cuenta que en ella han salido a la luz de manera indirecta los nombres de funcionarios universitarios de FACDYC así como la causa última para que la UANL no investigara y sancionara efectivamente a quienes hubiera lugar. La decisión de no investigar y sancionar, solo promueve la impunidad y ofrece carta abierta para que hechos similares se sigan repitiendo en el futuro. Además, existe evidencia que muestra que en la FACDY hay notorios antecedentes de intolerancia y violencia contra personas o colectivos de la diversidad sexual o simplemente contra sujetos considerados diferentes o subalternizados.[3]

Las omisiones de la universidad no se reparan ni siquiera con el reciente comunicado emitido por la oficina de Comunicación social, sin firma ni membrete de instancia universitaria alguna, en el que se anuncia que la Comisión de Honor y Justicia del Consejo Universitario ha decidido sancionar a los participantes en este acto criminal, alumnos, exalumnos y funcionarios administrativos con sanciones de suspensión de sus derechos académicos y administrativos de 1 y 3 años.[4] Estas medidas son de una tibieza descomunal y no alcanzan para establecer los principios básicos de justicia, reparación y no repetición.

LA UANL debe dejar de esconder la cabeza en el suelo ante los problemas que enfrenta y los actos ilegales que cometen miembros de su comunidad, sobre todo quienes son autoridades, si es que busca hacer realidad los supuestos de sus principios plasmados en su legislación y documentos programáticos.[5]

En lo que respecta a Juan Manuel y compañer@s que le acompañan en este duro trance, desde Tesis 11 Critica Universitaria, expresamos nuestra solidaridad y simpatía por su lucha. Tenemos la completa certeza de que el debate público y las medidas -si bien tibias e insuficientes- que ha tomado la UANL respecto a su caso, han ocurrido por su valentía en las acciones que ha desplegado, demostrando con ello que la acción colectiva es el camino adecuado para combatir las injusticias y luchar por la transformación universitaria.

Enfrentar este tipo de violencias, pasa necesariamente por cuestionar la estructura de poder y dominación no sólo de FACDYC, sino de toda la UANL que ha llevado a continuos actos de violencia en la comunidad universitaria, ya sea manteniendo en el poder y cobijando a los agresores, haciendo oídos sordos a las múltiples quejas interpuestas en el Unigénero, violentando sus propios reglamentos y revictimizando a las víctimas.

Una universidad que está cumpliendo 90 años, que se autodefine como internacional y que pregona “la excelencia como principio, la educación como instrumento”, y que en los hechos encubre a violadores, a desviadores de recursos y diversas formas de abuso de poder, no es más que una caricatura de sí misma.

 

[1] https://www.youtube.com/watch?v=kmrcfFAcpto

[2]https://www.reporteindigo.com/reporte/alumno-de-la-uanl-denuncia-abuso-sexual-en-novatada-de-grupo-estudiantil/

[3] https://plumasatomicas.com/lgbt/lesbofobia-facultad-derecho-criminologia-acoso-uanl/

[4]https://www.facebook.com/197196013653578/posts/pfbid0363uFcLC2kdjKnqQW87a8zswEwSE2ZTpeXiRRDiXoKxxoTBURe9jHwuddSfVJESx7l/?sfnsn=scwspwa&mibextid=RUbZ1f

[5] http://transparencia.uanl.mx/secciones/normatividad_vigente/archivos/LyR09/protocoloacoso.pdf