
Mujeres con “permiso” para parar el 09 de marzo
Por Sandra Mancinas
La efervescencia que ha desatado el paro nacional del próximo 09 de marzo, no ha dejado fuera a las universidades públicas. Muchas de éstas han sido duramente cuestionadas, y con razón, por colectivas feministas que señalan su inocuidad o tibieza para sancionar a los agresores o para afrontar la violencia cotidiana que vivimos las mujeres al interior de la dinámica universitaria. Pero también, porque se ha cuestionado el “respaldo” de las universidades públicas como una interferencia al derecho de decidir de las mujeres. Se ha cuestionado su posición de “mediadora” en la capacidad de agencia de las mujeres.
La violencia cotidiana se teje de manera silenciosa y naturalizada al interior de las universidades públicas. La violencia estructural enraizada en la cultura patriarcal se expresa en los llamados techos de cristal, éstos expanden sus efectos desde los órganos democráticos más pequeños hasta las altas esferas de la política universitaria, limitando que las mujeres accedan a posiciones de poder y muy pocas de ellas lleguen a ser rectoras. Se evidencia también en la disparidad salarial entre hombres y mujeres por el mismo trabajo realizado. Pero también se enmascara en un discurso de solidaridad y empatía hacia la lucha de las mujeres.
Como académica formada en una profesión “feminizada” he podido observar de muy cerca, cómo en una Facultad de la UANL cuyo personal es predominante femenino, los salarios y estímulos más altos son percibidos por hombres. En el posgrado de la misma, los órganos de gobierno históricamente han sido conformados por hombres, desestimando de manera ominosa la paridad de género y constituyéndose como un poder de facto, en un “poder detrás del poder”. En esa misma Facultad, resulta agraviante la organización de un conversatorio, programado para este 09 de marzo, denominado “Un día sin mujeres (pero con ellas)” moderado por hombres. Podríamos pensar que es así porque el conversatorio está programado para el 09 de marzo, pero genera suspicacia cuando académicas de reconocida trayectoria en los estudios de género adscritas a esa institución, no participan en el panel. Este aparente ejercicio de solidaridad, coloca en el centro del tema a los varones, desestimando la voz de las mujeres. El cartel promocional de dicho evento, deja perplejo al lector más lego en el tema de género. Los nombres de los profesores que “moderarán” el panel, contrastan con el violeta del cartel y con la figura de una mujer empuñando el brazo.
Aunque la organización del conversatorio no es una sorpresa, es una expresión más de una dinámica de género que sólo puede tener cabida en un ambiente conservador en torno al poder y a los derechos de las mujeres.
Es importante recordar que la convocatoria para el próximo día 09 de marzo deviene de un movimiento internacional que busca visibilizar la situación de las mujeres: inequidad, feminicidios, violencia y retroceso de derechos, tal como lo ha externado Luz Estrada, del Observatorio Nacional de Feminicidios. En este contexto, el citado panel representa un contrasentido. Es un buen momento, para que las voces de las mujeres se resistan a éste.
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